“Es una comunidad que tiene 41 años, es tierra de los nativos, la distancia entre las aldeas es de 5 a 15 kilómetros, que es abismal para ellos, y la necesidad es gigantesca”, relató la hermana Graciela, y añadió que se realizaron proyectos del Gobierno, pero que han quedado inconclusos. Se refirió sobre un salón de escuela que fue terminada la parte edilicia, pero no cuentan con sillas ni pupitres, “pero en este caso me voy a abocar a la falta de agua”, indicó la religiosa. “Estos hermanos han llegado a no tener una gota de agua en sus pozos, ellos cuentan con pozos que se les han realizado, tinglados con cuatro tanques de 10.000 litros cada uno, todos esos tanques llegaron a quedar completamente vacíos. Existe una comunidad de menonitas cercana que han hecho un tajamar donde sale agua salada, eso tampoco se puede tomar, es agua turbia, insalubre y también se saca agua para los animales, es lo que están tomando en estos momentos”, agregó Ponce. Lamentó que un camión cisterna de 30.000 litros con agua potable llegó vacío alegando que dejaron el agua en un puesto de salud y en puesto militar. Hasta el momento, la única agua que tomaron son 5000 litros que donó el Arzobispado de Asunción, una escasa cantidad para las familias. AM.
Fuente UH