El médico forense de Alto Paraná, Martín Alfaro, tuvo que inspeccionar en una funeraria privada el cuerpo de uno de los hermanos fallecidos en el río, ante la falta de una morgue del Ministerio Público en esta zona del país. El profesional describió una serie de precariedades que afectan en la recolección de pruebas científicas en el marco de una investigación fiscal.
El cuerpo de Juan Pablo, el hijo de 5 años de Carmen Ruiz Díaz, la escribana que se habría lanzado al río Monday como consecuencia de una depresión junto con sus dos niños, fue encontrado en la mañana del domingo y estuvo a cargo de su inspección el médico forense del Ministerio Público, Martín Alfaro.
La primera verificación se realizó en la lancha de rescate, pero como debía realizarse un trabajo más riguroso, se recurrió a la funeraria Buen Jesús, de Ciudad del Este, que prestó sin costo sus instalaciones. Además de los resultados de la inspección, Alfaro reveló las condiciones en que hizo los procedimientos.
No hay una morgue estatal en Alto Paraná y los guantes los compró con su dinero.
“Una institución no puede funcionar de esa manera; nosotros mínimamente necesitamos instrumentales, tapabocas. Ayer estábamos haciendo la inspección, sin tapabocas, sin el traje que debería ser, trabajamos con una precariedad impresionante”, denunció en comunicación con radio Monumental 1080 AM.Recibí las noticias en tu celular, unite al canal de ÚH en WhatsApp
Se quejó de una centralización de medicina forense y peritaje de tecnología en Asunción, donde hay unos 14 médicos más que en Alto Paraná, donde hay alrededor de 850.000 habitantes.
Comentó que en el interior del país, las unidades de medicina forense consisten en una pequeña oficina, con apenas una computadora y una impresora. “Lo que hacemos no es de escritorio. Nosotros necesitamos morgue, microscopio, instrumentales”, insistió.
Estima que con una inversión de alrededor de USD 500.000 se puede tener un departamento de medicina forense interesante que puede aportar en la investigación fiscal, que, según Alfaro, actualmente basa sus imputaciones en declaraciones de testigos, cuando la mitad de las pruebas deberían ser productos de la ciencia.
“Si vos sos el que tenés que investigar y a vos no te interesa investigar con hechos, datos científicos que son irrefutables a la hora de llevar a juicio tus pruebas, entonces no querés investigar”, apuntó.
Asimismo, el profesional lamentó la gran diferencia respecto al laboratorio brasileño de Foz de Yguazú, que está a pocos kilómetros de la frontera.