Fenomenal Desfile de Victoria’s Secret 2024. El desfile de Victoria’s Secret regresó esta noche tras un paréntesis de seis años, y no podías menear un sujetador push up sin toparte con una supermodelo. Después de un mes de la moda en el que, en comparación, no hubo muchas estrellas en los castings, los nombres más destacados no pudieron faltar en el Brooklyn Navy Yard: las hermanas Hadid, Anok Yai, Imaan Hammam y He Cong fueron en calidad de iconos de estilo del momento, mientras que los ángeles de siempre, como Alessandra Ambrosio, Doutzen Kroes y Behati Prinsloo, volvieron a ponerse las alas.
El golpe de efecto más inesperado fue nada menos que Kate Moss, que debutó anoche en la pasarela de Victoria’s Secret a sus 50 años, acompañada de Carla Bruni (56), Tyra Banks (50) y Eva Herzigova (51), en un intento de la firma de lencería por cumplir su promesa de presentar una visión más diversa e inclusiva. Evidentemente, se trata de un cambio bienvenido: algunos de los mayores aplausos de la noche fueron para Paloma Elsesser –una de las pocas modelos curvy de presencia imperturbable en las semanas de la moda–, Ashley Graham y la modelo trans Alex Consani.
En este sentido, el desfile fue diferente. En otros, fue el mismo gran espectáculo de lentejuelas y plumas que los fans recordarán en sus días de apogeo. Por si la trepidante actuación de apertura de Lisa –que se dispuso a cantar su éxito “Rockstar” con moto y todo– no lo había dejado claro, la llegada de Gigi Hadid ataviada con un picardías de satén rosa, tacones de tiras hasta media pantorrilla y un par de gigantescas alas rosas accionadas mecánicamente terminó de dictar sentencia. La modelo de 29 años subió el telón guiñando el ojo y lanzando un beso al público (incluidas Cardi B y Phoebe Dynevor en primera fila) antes de lanzarse a la pasarela.
Después llegó una ristra de top models(Joan Smalls, Irina Shayk, Lila Moss) que en combinación con las actuaciones musicales nos puso a todos los espectadores en grave riesgo de latigazo cervical. La marca tiró la casa por la ventana para impactar con su regreso: transportó a los asistentes a Brooklyn en la puesta sol en un barco con el logotipo de Victoria’s Secret, todo amenizado con minibotellas de Moet y bolas de helado Smize & Dream de la propia Tyra, y contrató no a una, sino a tres grandes artistas (a Lisa le siguió Tyla y, más tarde, la legendaria Cher) para que actuaran durante el desfile. Incluso el Empire State Building se iluminó con el rosa característico de la marca de lencería.
«Es un momento muy bonito», declaró Jill Kortleve en el backstage la mañana del desfile. «Es increíble poder celebrar aquí los diferentes tipos de cuerpo». Paloma compartió la opinión y afirmó que los esfuerzos de la marca por dirigirse a un público más amplio son «absolutamente auténticos»: «Va a ser una celebración maravillosa de mujeres diferentes, que se encuentran en diferentes etapas de su vida, con cuerpos diferentes».
«Nunca había visto los desfiles de Victoria’s Secret –aportó su compañera Ashley Graham, situada a unos pasos– porque, como todas sabemos, nunca se habían dirigido a mujeres de mi talla. Ahora se respira una nueva Victoria’s Secret, como un soplo de aire fresco. Veo chicas que se parecen a mí… y lo que es aún mejor, chicas muy diferentes a mí. Eso es lo bonito de la industria de la moda actual».
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com
Por Kerry McDermottTraducido y adaptado por Esther Giménez16 de octubre de 2024