El fiscal Cristian Royg emitió un diagnóstico preocupante sobre la realidad del departamento de Canindeyú, donde se registra una ola de sicariatos entre grupos criminales. Las autoridades no acompañan el crecimiento en materia de seguridad, afirmó.
Los pobladores del Departamento de Canindeyú viven en zozobra ante el crecimiento exponencial de la inseguridad en medio de una guerra entre grupos criminales, según la radiografía que realizó el fiscal Cristian Royg.
En conversación con medios de prensa el agente del Ministerio Público señaló que la zona “es roja” y “se está volviendo una especie de Amambay”, en donde todo el problema por el tráfico de drogas se concentró en el departamento.
Canindeyú pasa por una realidad “bastante conflictiva” ante una producción importante de cannabis, hecho que no solo es evidente para el Ministerio Público, sino para toda la ciudadanía.
“Como estamos acá hace 8 meses, vemos que la problemática aumentó y las instituciones no acompañan el crecimiento en materia de seguridad, no solo en este departamento, lo vemos en varios departamentos, especialmente en zona de fronteras”, advirtió el fiscal.
En ese sentido, el representante del Ministerio “se imagina” que el Ministerio del Interior y la Secretaría Nacional Antidroga (Senad) “están viendo los mecanismos para reforzar la seguridad y evitar más muertes”.
Criminales están equipados con “armas de guerra”
Royg describió que los últimos hechos de sicariato en el departamento de Canindeyú tendrían relación con el crimen organizado trasnacional.
“Acá vemos claramente un enfrentamiento entre grupos criminales bastante equipados, con armas de guerra. Hace cuestión de 8 años empezó todo esto con la aparición de otro grupo criminal que no era de la zona y fue recolectando a personas –campesinos, indígenas y citadinos–, y se volvió hoy en día un grupo criminal bastante (grande)”, señaló.
Esta guerra por el control del mercado de las drogas genera mucho temor a los ciudadanos, sobre todo porque podrían ocurrir asesinatos de personas inocentes.
“La gente está temerosa en toda la zona, se siente una inseguridad y que no es solamente ahora, siempre hubo ese temor, ese código de silencio en la zona de frontera. La gente teme por su vida”, subrayó.
Selva Hũ y su presunto vínculo con grupos criminales
Sobre la aparición del nombre de Selva Portillo Rodas, alias Selva Hũ, que empezó a sonar más fuerte en los últimos días, el fiscal indicó que empezó a conocerse hace algunos meses tras un caso de sicariato, ocurrido el pasado 6 de noviembre, en el cual resultó muerto Pedro Fernández Martínez, de 51 años, quien sería el padrastro de la mujer.
A partir de este hecho, se indaga que podría tener vínculos con una organización criminal.
“Hay investigaciones que están abiertas, estamos analizando remitir estas causas a la unidad especializa sobre Crimen Organizado que están en Asunción, considerando que podrían tener vínculos”, precisó.
No obstante, el Ministerio Público necesita elementos probatorios objetivos y serios para procesar a una persona, ya que no solo se puede basar “en un dicho popular”.
“Se dice que tiene influencia, que está en cuestiones ilegales y que podría estar detrás de varios asesinatos; son hipótesis”, refirió al respecto.
Sobre la mujer, aún no está procesada por ningún hecho, según confirmó el fiscal; no obstante, están indagando un caso donde un hombre cayó con proyectiles y armas de guerra, donde su nombre salta más fuerte, además de su presunta vinculación con los tres últimos sicariatos.
“La única carpeta en la que podía estar vinculada es en el transporte de armas, el cual se le detuvo recientemente a una persona”, indicó.
Fuente UH