Suman cuatro los internos que se fugaron de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú en la madrugada de este jueves. En consecuencia se cancelaron las visitas que realizaban los familiares de los reclusos y se inició una requisa en el penal. Se sospecha que habrían más internos que escaparon de la principal cárcel del país.
A estas horas se verifican todas las dependencias en el interior de la penitenciaría donde se pasa lista. Uno de los fugados sería Hugo César Lazarte, de 33 años, oriundo de Pedro Juan Caballero, Alejandro Báez, recluido por robo agravado desde el 2019 y Julio César Martínez, por hurto agravado desde 2020 y faltaría identificar al cuarto fugado.
Los fugados pertenecerían a pabellones distintos y se habrían hecho pasar por técnicos para escapar de la penitenciaría. El ministro de Justicia, Daniel Benítez, confirmó que suman cuatro los reos fugados. “Estamos verificando las cámaras. Ya tuvimos acceso al circuito cerrado y se ve cuando salen 4 personas por el frente”, expresó.
Sindicó a Lazarte como implicado en el caso del asesinato del comisario Félix Ferrari, ultimado en la liberación del delincuente Jorge Salinas, alias Samura. Agregó que en estos días se debía iniciar el juicio oral en su contra. “Lazarte estuvo involucrado en la liberación de Samura, estuvo en el homicidio del comisario Félix Ferrari. Tenemos dos hasta el momento, ahora se está contabilizando a la población”, expresó el ministro de Justicia.
La fuga habría sido en horas de la madrugada tras cortar las rejas de una ventana, pero el Ministerio de Justicia fue informado recién en horas de la mañana. En frente a la penitenciaría los ánimos se encuentran caldeados entre familiares de los internos que llegaron para el día de visitas.
“Encontraron la reja cortada hace una hora, pero se habla de que fue a la madrugada. Accedimos al circuito cerrado, se observa a 4 internos. Ocurrió aproximadamente a las 3:30. Fue detrás de la oficina del director, un baño de la zona de Admisión”, dijo Benítez en rueda de prensa.
Ventada por donde se fugaron los presos.
Fuente La Nacion